PERUANISCHE KÜNSTLER IN BERLIN

PERUANISCHE KUNSTLER IN BERLIN
(Pintura Peruana en Berlin)
The Temporary Gallery Berlin
22.09 – 22.10.11

Una larga mirada

El núcleo de los pintores que exponemos ahora en The Temporary Gallery Berlin, al cual se han ido sumando otros artistas con propuestas personales y coherentes, tuvimos la ocasión el año pasado de exponer en Alemania, exactamente en la galería El Pacífico de la ciudad de Stuttgart y dentro de unos meses algunos otros participaremos en otra exposición en Berlín. De modo que, esta primera exposición de Pintura Peruana en Berlín, sirve de pretexto para reflexionar brevemente acerca del espíritu libertario de aquella primera revolución pictórica alemana, El Expresionismo de El Puente y de cómo su esencia perdura cuando ha pasado más de un siglo de su fundación en Dresde, el 07 de junio de 1905 por los estudiantes de arquitectura y pintores autodidactas: Bleyl, Kirchner, Heckel y Schmidt-Rottluff, que llegaron a mezclar con gasolina su pintura buscando plasmar lo más fluidamente aquello que sus ansias exigían. Esos artistas arrojados prefiguraron hace ya más de un siglo el deseo que se mantiene patente en los pintores humanistas, que buscan renovar las tradiciones y no suplantarlas por artilugios y que a pesar de los nuevos academicismos y oficialismos, buscan en su ser individual la voz propia de su obra. Die Brucke se forma en Dresde para luego establecerse en Berlín. Allí, Lieberman y Corinth, de la Secesión, determinaban el panorama artístico del imperio expirante y ante ellos se rebelaron. Y aun cuando el eco de Francia, Gauguin, Matisse, Van Gogh –Nolde aconsejó incluso llamar al grupo Van Goghiana y no Puente- persistía e impregnó de principio a fin la obra de su líder Kirchner –quien toda su vida renegó de esto y compatriotas suyos como Max Beckmann se lo recordaban cada vez que podían- este se denominaba así mismo el más alemán de los pintores y sin duda su obra definió lo que entendemos predeterminadamente como expresionismo, como pintura alemana. Esa ontología de la imagen que atraviesa la pintura germana sin excepciones desde los tiempos de El Puente en Moritzburg hasta el actual, y máximo representante de la Escuela de Leipzig, Neo Rauch; y, que alcanzó, cómo no, a Auerbach y al recientemente fallecido maestro Freud, ambos berlineses de nacimiento y que infiltraron el carácter expresionista, tal como hicieron los fauvistas franceses con los alemanes, a toda la Escuela de Londres cuya influencia continúa y se expande entre nuevas generaciones de pintores en todo el orbe más allá de distintos escollos, como es natural. Sin embargo, ya lo dijo Cezanne, el arte no es la naturaleza, es una armonía paralela a la naturaleza. Precisamente por eso es que el pintor construye su vida en función de la pintura. La pintura vive en los pintores. En su obra. El pintor dialoga con sus referentes, con sus maestros, a través del trabajo propio y ajeno. La historia toda de la Pintura es una larga conversación sin palabras, mejor, una larga mirada. -La Escuela de la Vista, que añoró Kokoshcka- La pintura se transmite y se mantiene viva de pintor en pintor en una suerte de tradición pictórica, en lugar de una tradición oral. Y aquí cabe mencionar también a la cantidad enorme de papeles escritos por los propios pintores, plasmando su pensamiento pictórico en textos escrutados en medio de sus procesos. Podemos encontrar sus concepciones del arte en sus correspondencias, en sus diarios, todo ese magma verbal que da luces intensas sobre la apreciación de su obra pero que jamás -ningún texto puede justificar una obra de arte- la definen. Por lo expuesto, es una bajeza falaz afirmar que los pintores no estudian, que no investigan, que no teorizan. Todos los maestros de la pintura moderna, y hablando únicamente de ese período, desde Cézanne hasta Arikha han dejado escritos, reflexiones, acerca del oficio del pintor, desde su propia experiencia*. Y si algo une a la mayoría de los pintores que exponemos ahora en The Temporary Gallery Berlin, precisamente es ese afán de Pintura, de imbuirse en ella, a través de exposiciones, libros, conversaciones, escritos, coleccionismo, de hallarse en el torrente de la tradición plástica y beber y reconocer sus fuentes a pesar, por supuesto, de las saludables y necesarias diferencias y hasta rencillas entre pintor y pintor. Además, ser abiertos a compartir lo poco de lo aprendido, las lecturas, dar a conocer nuevos artistas, nuevos espacios; todo ello no puede ser confundido con una banal jactancia sino que en realidad es un esfuerzo por compartir con personalidades afines aquello que nos pueda interesar. Por todo ello, estoy convencido de que algunos de estos pintores, resultarán siendo un puente entre lo que se ha perdido de la esencia de la pintura y lo que pueda recuperarse en el trabajo de los pintores que vendrán: jóvenes que ahora mismo luchan en sus escuelas, en sus talleres, en su propia experiencia diaria, por encontrar un recodo en medio de los siglos de tradición pictórica cuando no es lo políticamente correcto según los cancerberos del arte contemporáneo y las imposiciones de una nueva y nefasta Academia oficial que desprecia el fundamental individualismo del verdadero pintor, resultando toda esta lucha en una valiente Resistencia que se desarrolla incipientemente en Lima pero que ya ha logrado victorias en centros del arte como Nueva York, Londres, Barcelona, entre otras ciudades. En ese contexto y, para finalizar, vuelvo a la memoria de aquella revolucionaria comunidad artística fundada en Dresde, en palabras del historiador Norbert Wolf: “…La llamaron Die Brücke (El Puente), en recuerdo a una frase de Nietzche en la obra Así habló Zaratustra (1883-1885): “La grandeza del hombre está en ser un puente y no una meta: lo que en el hombre se puede amar es que es un tránsito y un ocaso…” .

IVÁN FERNÁNDEZ-DÁVILA
Lima, septiembre 2011

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A Long Stare.

The core of the painters who are now exhibiting at The Temporary Gallery Berlin –to which other artists with personal and coherent proposals have been adhering- have had the opportunity of showing their work in Germany last year, specifically at El Pacífico gallery in the city of Stuttgart; and within months, some of them will be in a different show, also in Berlin. Therefore, this first exhibition of Peruvian Painting in Berlin, serves as a pretext to briefly reflect on the libertarian spirit of that first German pictorial revolution; the Expressionism of The Bridge and how its essence still remains now, even after more than a century of its founding in Dresden, on June 7th, 1905, by the architecture students and self taught painters Bleyl, Kirchner, Heckel y Schmidt-Rottluff, who got to the point of mixing gasoline into their paints, seeking to express as fluidly as possible that which their longings demanded. These daring artists forged more than a century ago that desire which is still alive in humanist painters, who seek to renew the traditions and not to replace them with cheap tricks; and who, in spite of new academicisms and officialisms, search in their inner selves the unique voice of their works. Die Brücke is formed in Dresden to then move to Berlin. There, Lieberman and Corinth, from the Secession, ruled the artistic environment of the expiring empire and against them, Die Brücke rebelled. And even when the French echoes, Gauguin, Matisse, Van Gogh –Nolde advised calling the group Van Goghiana instead of The Bridge- persisted and impregnated from beginning to end the work of their leader, Kirchner –whose whole life grumbled about this and whose countrymen, like Max Beckmann, reminded him of every time they could- he called himself the most German of the group and there is no doubt his work defined what we understand by default as expressionism, as German painting. This ontology of the image that the German painting goes through without exception from the times of The Bridge in Moritzburg up until the current and greatest figure of the School of Leipzig, Neo Rauch; and that reached Auerbach and the recently deceased master, Freud, both Berliners of birth and that infused the expressionist character, just like the French Fauvists with the Germans, to the whole School of London, which influence remains and expands among new generations of painters across the globe, working its way through various obstacles, as it is natural. However, like Cézanne said, art is not nature itself; it is a harmony parallel to it. It is exactly because of this that the painter builds his or her life around painting. Painting lives in the painters, in their works. A painter holds dialogs with his colleagues, with his teachers and mentors, through his own work as well as through the work of others. All the history of painting is a long conversation without words, a long stare - the school of seeing, which Kokoshcka avidly promoted. Painting is transmitted and survives from painter to painter in a sort of pictorial tradition, instead of an oral one. And here it is appropriate to also mention the copious amount of papers and documents written by the painters themselves, expressing their pictorial thoughts in texts found in the midst of their processes. We can find their conceptions about art in their correspondence, diaries, all that verbal magma that shines an intense light on the appreciation of their work but that never –since no text can justify a work of art- defines it. Because of this it is a cheap fallacy to claim that painters don’t study, that they don’t do research, that they don’t theorize. All of the masters of modern painting, and speaking only about this period, since Cézanne to Arikha have left writings, reflections, about the trade of the painter from their own experience*. And if there is something that brings together most of the painters that are now showing at The Temporary Gallery Berlin, is precisely that eagerness for Painting, for diving into it, through exhibitions, books, conversations, writings, art collecting; eagerness for finding themselves within the torrent of the artistic tradition and drink and recognize its sources in spite of the occasional, but necessary and healthy, differences and even quarrels among painters. Furthermore, these painters seek to be open and share what little can be learnt, discussing readings, discovering new talents, new spaces; all of which should not be misinterpreted as acts of vanity but rather as an effort for sharing with kindred spirits that which interests us. For all of this, I am convinced that some of these painters will end up being bridges between that which has been lost from the essence of Painting and that which can be recovered in the work of the future painters: youngsters that right now are fighting and struggling in their art schools, in their studios, in their own daily experience, in order to find a little corner in the midst of centuries of painting tradition when this is not politically correct according to the despotic keepers of contemporary art and the imposition of a new and nefarious official Academy that looks down on the fundamental individualism of each painter. Out of this struggle emerges a brave Resistance that develops incipiently in Lima but that has achieved various victories in artistic centers like New York, London, Barcelona, among others. In this context, and to end this presentation, I return to the memory of that revolutionary artistic community founded in Dresden, in the words of the historian Norbert Wolf: “…They called it Die Brücke (The Bridge), in remembrance of a phrase by Nietzche from Thus spoke Zarathustra (1883-1885): “What is great in Man is, that he is a bridge and not a goal; what can be loved in Man, is that he is an over-going (ubergang) and a down-going (untergang)...”